domingo, marzo 12, 2017

Balada del Profeta

Surges de golpe matinal
en bici veloz princesa
como un signo, como un guiño
del destino amor, cual flecha

embistiéndome a traición
¡qué ojos en bicicleta!
en la tesitura crítica
en medio de la tormenta

y pasas rozándome amor
como se rozan dos líneas
llamadas a no juntarse
amor, salvo sorpresa

y se alejaron las nubes
amor detrás de tu silueta
y me puse a leerte amor
con los ojos del profeta

a leerte amor de espaldas
a ti y a lo que te rodea
a ti y a lo que te mueve
que te guía y que te orienta

tu polo Norte, ese imán
en lo alto de la veleta
que dirige tus vaivenes
mi amor sin tú darte cuenta

y lo ví todo de pronto
amor claro como una estrella
y descifré amor tu enemiga
misterio de transparencia

de tu encanto tan sencillo
de tu juventud guerrera
luchando a bazo partido
con la suerte buena o adversa

huyendo de cazadores
de estrellas y de doncellas
que te espían a distancia
que te acechan y rodean

y por eso, sólo por eso
huyendo de la maleza
de los hados y las sombras
obraste de esa manera

tan sorprendente, e imprevista
tan de mujer libre y seria
que quiere comerse el mundo
(de esos ojos, de esas piernas)

y acertaste de lleno amor
en tu intuición ¿no te acuerdas?
En el lance aquel de alto/riesgo
de un mirar de niña (aviesa)

y me cazaste al instante
mientras todo en redor de mí tiembla
y agarro a ti el ancla amor
de mi vida que se aleja

mientras, te canto este canto amor
(la balada del profeta)


¡Un gallinero heroico Juan!
Donde caíste por fuerza,
donde te puso la vida
sin que tú te dieras cuenta

donde te lo juegas todo
a una carta, por las buenas
¿pelea de gallos peleones?
Ni eso ¡gallinitas ciegas!

Que me aturden, que me pían
que me mojan, que me “empiezan”
que me vuelven loco ¡meu deus!
de su piar, de sus quejas

de sus requiebros tramposos,
de sus rollos, de sus tretas
de sus miradas revólver
de sus juegos de cadera

de sus intrigas e insidias,
de sus jugadas aviesas
de sus montajes sin pudor
¡maquinaciones arteras!

De su encanto peligroso
de sus lazos e influencias
de los sueños y obsesiones
de su juventud inquieta

de sus dardos venenosos
de sus chismes ¡dios qué lenguas!
de una fantasía sin brida
de sus miedos y flaquezas

de sus celos, sus secretos,
de sus líos y sus novelas
de sus amores ocultos
de sus cuitas (entre ellas)

-y de lo mucho que saben
de lo único que cuenta-,
de su inocencia y su candor
(y sus reacciones de histeria)

Corazones solitarios
y cabecitas lo-o-cas

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