jueves, febrero 16, 2017

TOSCANO UN APELLIDO ESPECIAL

Según las investigaciones mas consensuadas, el verdugo de José Antonio en la cárcel de Alicante, quien le dio el tiro de gracia -al cabo del suplicio inhumano que cabe conjeturar que le fue reservado- llevaba por nombre Guillermo Toscano Rodríguez. Curiosamente lleva ese mismo apellido el promotor -a saber Francisco Toscano, alcalde (PSOE) de la localidad de Dos Hermanas de Sevilla- de la operación “retorno” de Pedro Sánchez, en la que algunos ven (con razón), el verdadero peligro de resurgimiento de la guerra civil interminable -más que en la amenaza que a decir de Stanley Payne (fuera de toda sospecha) representa el partido Podemos y su discurso (sic) guerracivilista. Y a  fe mía que todo ellos justifica un deber de aclaración de ese pormenor onomástico tan poco trivial en alguien como el nombrado que parece asumir ese guerracivilismo sin reservas ni complejos, como nadie hoy por hoy se atreve a hacerlo en la política española
El alcalde (PSOE) de Dos Hermanas, Francisco Toscano, es de mi edad -del 49- aunque para ser exactos un mes (y cuatro días) mayor que yo. En algunas fotos (recientes) no parece a fe mía que seamos de la misma edad, tal vez lo de el calor o el guerracivilismo, o que sé yo. A propósito de guerracivilismo, leo en la red un mensaje preguntándose el origen de la palabra (no reconocida a día de hoy por la Real Academia) Y del éxito de la misma da idea que ">el historiador norteamericano Stanley Payne -muy divulgado en lengua española, y en particular en la Península- haya acabado utilizándola.

En realidad aunque algunos les pueda parecer falta de modestia, se me antoja que la paternidad -por lo menos putativa- del vocablo debe vérseme atribuida, de justicia. Y es que la partida de nacimiento de la palabra la ofrece mi libro "El padre falangista de Francisco Umbral" en donde la uso repetidas veces y que precisamente llevaba de titulo original “Las novelas guerras civilistas de Francisco Umbral” como da cuenta el titulo al prologo de la obra de la pluma del escritor y periodista Antonio Parra Galindo, quien lo escribió a partir del ejemplar que le hice llegar precisamente, y fue él mismo -no tengo empacho alguno en reconocerlo- quien me convenció para cmbiar el titulo por el que finalmente llevaría a obra -”El padre falangista de Francisco Umbral”- en la versión definitiva que alcanzó publicación.

Aunque para ser absolutamente verídico creo vagamente recordar que la impresión difícil de definir de entrada que acabo encontrando cumplida definición a través de esa voz -de guerracivilismo- precisamente- que fue la que me dejaron (impresa) las novelas de Francisco Umbral (más directamente relacionadas) con la guerra civil) pujaba ya por salir a luz, léase por encontrar un nombre propio en las veces, se me antoja que contadas- que el autor nombrado llega a emplearla, pero siempre a la manera propia a Umbral -genio y figura, de alquimista de la lengua tanto hablada como escrita-, como a hurtadillas, de forma (umbraliana) un tanto clandestina, en un registro informal de cualquier modo, como dicen los lingüistas. Ocurre que si Umbral fue el verdadero padre (biológico) del vocablo -de guerra civilismo- que nos ocupa,de la carga semántica del mismo, me arrogo el descubrimiento yo mismo en parte al menos.

Y es que está claro que si el vocablo en si hizo su aparición de forma reconocida en mi primer libro el padre falangista de Francisco Umbral, fue en mi segundo libro “Guerra del 36 e Indignación Callejera” donde se verían aclaradas su carga y contenido semánticos, y lo era por sus lazos estrechos -tanto en el plano semántico como morfológico- con ese fenómeno de la guerra civil interminable que analicé y expliqué en detalle en esa obra, y que que convine en (re) bautizar de Guerra de los Ochenta (y Tantos) Años.

Y me sorprendo ahora a fe mía el ver que el vocablo y su acepción mas “cargada” semánticamente -que es la que aquí acabo de explicar- vienen a cobrar carta de naturaleza en un autor tan autorizado como Stnaley Payne que viene a reconocer su existencia -a modo de amenaza aunque solo sea- cuando en  declaraciones suyas de hace un año decía que Podemos recupera (sic) una parte del discurso guerra civilista, que de momento (sic) no pasa de ser un discurso -y no un proceso revolucionario-, y que él relaciona con el resurgimiento (sic) de la izquierda radical alrededor del 2000 como un secuela (sic) del zapaterismo.

Y en artículo reciente de una publicación digital se cita (in nombrarlo) a un ex-ministro del PP que ve más peligro guerracivilista (sic) en el PSOE que en Podemos, y es por la amenaza de un resurgir de Pedro Sánchez en las primarias de su partido que se aproximan. Y ahí viene a cuento el alcalde de Dos Hermanas que cité al comienzo de este articulo que se perfila como el gran padrino de la operación “retorno” del socialista cuatro/caminero tras su defenestración de la dirección del PSOE el pasado mes de septiembre.

Y no parece a fe mía trivial el emplazamiento geográfico de la operación referida, a saber, la localidad sevillana de
Dos Hermanas -donde tuvo lugar el mitin de lanzamiento de la candidatura sanchista- comparable a la madrileña de Rivas Vaciamadrid -bastión de Podemos en sus orígenes- tanto por su auge demográfico en las últimas décadas como por el innegable significado guerra civilista -de la guerra civil o de la posguerra inmediata – del que se revisten una y otra. Tampoco parece trivial la onomástica de ese alcalde sevillano, un apellido poco corriente an la geografía española.

Si se tiene en cuenta además que así se llamaba, según las investigaciones más consensuadas -Guillermo Toscano-, el verdugo (anarquista originario de Huelva) de José Antonio, que le habría disparado el tiro de gracia en la cárcel de Alicante, al cabo del que cabe conjeturar que fue un suplicio inhumano el que sufriría el líder falangista. ¿Una suposición gratuita? El guerracivilismo -en potencia al menos- que parece asumir (con gusto) el padrino andaluz de Pedro Sánchez le impone el deber de aclararlo, lo quiera o no lo quiera

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