domingo, enero 01, 2017

Fuegos de Amor

¡"Fuego chino" tu vida, Juan
cuánto tardaste en comprender!
como un flash de este año/nuevo
o un soplo de atardecer

o un susurro dulce y suave
que me arrulla sin querer
subido en el gran ventano
del año en trance de nacer,

como si la Vida (¡loca!)
me cogiese de través
y me diese un nuevo impulso
(e insuflase una nueva fe)

y una nueva oportunidad
que no me esperaba ¡pardiez!
Tan maltrecho ya de golpes
del derecho y del revés,

del mal trago a palo seco,
de tanto acíbar, tanta hiel,
de tanta herida entreabierta
que no hice más que relamer

¡piensen de mí lo que quieran!
los que juzgan lo que no ven
más que con anteojeras
(las del desprecio y del desdén)

que ya les estoy oyendo...
“compasión de sí mismo” ¡y qué!
Aunque escandalice a algunos
aunque no gustase a don/miguel

aquel cura mas que hombre
que enfermó aún niño ¡de vejez!
que tanto pesó a a españoles
y continua a pesarnos ¡j...!

¡Oírme a mí mismo (a mi Yo)
para así poder serme fiel
y guardar el gusto de vivir
arrostrando el destino cruel!

y seguir tirando del carro
en el desierto amanecer
sin un alma en lontananza
tan lejos tú de mí ¡Mujer!

Y tan cerca del corazón,
que sangra amor y sangra bien
de una sangría benéfica
que me hace rejuvenecer

Y acaricia la esperanza
de volverte amor a ver
de que te poses junto a mí
ya ahora por fin ¡a la de tres!

¡Año Nuevo Vida Nueva!
A un amor que me hizo renacer,
que te guardó cerca de mí
¿Puro azar? ¡Ni tú lo crees!


El tiempo se para, vuelve atrás
por obra del frío intenso
y se queda pegado, inmóvil
en el paisaje de invierno

a la luz de las farolas
y de las puertas de un templo
vacío que todo llena
mientras me invade el recuerdo

de todos los años ya idos
de tantos rostros (¿vivos, muertos?)
que desfilan por mi mente
en esta noche de Año Nuevo

paseando junto al estanque
que sabe de mis desvelos,
de mis idas y venidas
de mis luchas y mis sueños

que seguirá estando ahí
tan tranquilo, tan discreto,
cuando yo aquí ya no esté,
fundido en el Universo

y el amor que yo te tuve
se cante en el firmamento,
se lo cuenten una a otra
las estrellas (en secreto)

y las ramas lo susurren
de los árboles del paseo
que tanto me vio pasar,
perdido amor en mis versos,

con la cabeza en las nubes
y el corazón siempre ardiendo
por ti sólo niña tonta
que me hiciste perder el seso...

(hasta un cierto punto sólo
que no creas que estoy muerto
¡el alma ojo avizor
y de tu sombra al acecho!)

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.alertadigital.com/2016/12/28/amores-que-matan-la-verdadera-historia-de-la-ruptura-entre-inigo-errejon-y-la-gilda/
Amores que matan: La verdadera historia de la ruptura entre Iñigo Errejón y “La Gilda”