jueves, septiembre 04, 2014

A PUNTO DE "ROMPERSE LA NOCHE", EN CATALUÑA

Magia ineludible de las fechas. El General Primo de Rivera lanzó su proclamación -en forma de manifiesto- por el que suspendía la Constitución (de 1876) y disolvía las Cortes, en la noche del 13 al 14 de septiembre de 1923, tres dias después de la celebración de la Diada (separatista) -igual que la que (tan cargada de negros presagios) ahora se avecina- desde su puesto de Capitán General de Cataluña. Que no se llamen a engaño algunos por la campaña de difamacion y de calumnias (insidiosas) de la que me veo objeto, por cuenta de las posturas -un mero pretexto o coartada- que son las mías (y que resueltamente reitero) en contra de la superstición joseantoniana y en pro de la revision urgente de la figura del fundador de la Falange. Ni perdí el sentido del deber de memoria, ni el de lealtad a las viejas banderas victoriosas. Don Miguel Primo de Rivera fue uno de los grandes personajes de la historia de España contemporánea, y los desafíos y amenazas que enfrentó de forma tan directa y valiente y decidida resurgen los dias que corren más amenazantes que entonces
Los días y las horas pasan vertiginosos a medida que nos vamos acercando a pasos agigantados a la encrucijada de todos los peligros, en Cataluña y por vía de consecuencia en España entera. No hay que hacerse ilusiones. El culebrón montado en torno a la familia Pujol y sus corrupciones y redes de influencia no va frenar la rueda del destino por poco que sea. ¿Como podrían hacerlo? Está bien –a buenas horas mangas verdes- el poner en la picota al padre del catalanismo secesionígena contemporáneo, de la Generalitat en su forma actual –de la posguerra española- y principal culpable de la incubación del absceso secesionígena que España y los españoles enfrentamos las horas que corren por culpa de la situación en Cataluña. Poco imprta.

Hace cuarenta años todavía, la operación de cirugía económica y financiera que esta intentando in extremis el actual gobierno español hubiera estado sin duda a tiempo de prevenir y tajar males mayores, ahora mucho nos tememos muchos que sea demasiado tarde, contraproducente incluso e incapaz y perfectamente impotente a la hora de evitar la gran confrontación que a todas horas se avecina. En su lugar se ensalzó y endiosó por los protagonistas visibles tanto como por los mentores invisibles de la transición al líder catalanista puesto ahora en la picota, hasta izarlo al rango de padre fundador e icono intocable del régimen democrático, léase del estado de las Autonomías (…)

Una criatura de la iglesia española, Jorge (Jordi) Pujol, de antes de la emancipación de la iglesia catalana. Y gracias a ella, al poder secreto y omnímodo de las sacristías, de los sacristanes y de las viejas beatas catalanistas, acabó aquel cobrándose la piel del entonces director de la Vanguardia (española) de Cataluña –finales de los cincuenta- en el primer boicot catalanista plenamente logrado –al que se seguirían tantos y tantos- de la historia de España de la posguerra. Por cuenta nota bene del catalán, léase de de la lengua/catalana, que la iglesia léase el Vaticano tenía ya previsto el rehabilitar –hojas de ruta y calendario al canto- desde mucho antes del concilio. Españolistas anti-separatistas fuera de toda sospecha me acaban de dar la espalda ahora en lo que tiene todos los visos de un “diktat” eclesiástico en su origen último, sean conscientes de lo que les mueve o de quienes les dirigen o les conducen a distancia y de lejos, o no lo sean. No me quiten el sueño. Que lo sepan.
Vidal y Barraquer, cardenal "de la Pau", enemigo personal del general Primo de Rivera, y uno de los principales artifices de su caída. Estas aguas estos lodos. Puso la predicacion en catalán por encima de todo, con lo que acabó aclarándonos a algunos las ideas sobre la nocividad del uso de ese habla en vias de exinticion y tan perniciosa por su infuencia corrosiva y atentatoria de la unidad y de la convivencia, y por ser refugio de una memoria muerta (y putefracta), de los vencidos de la guerra civil en Cataluña. Piensen algunos lo que quieran. Y los españolistas de signo azul -tan excuyentes- que ahora tanto se desgañitan al acercarse la Diada, harían bien de prestar un poco más de atencion al sello eclesiástico del desafio separatista en Cataluña como lo ilustra esa foto, del cardenal y de la "estelada", tan traidores el uno como la otra. Dios los cría y ellos se juntan
Sí me lo quitan en cambio las maniobras de alto vuelos –léase al más alto nivel internacional- que se están vislumbrando en las últimas horas por cuenta del próximo 11 de septiembre y de los festejos que se están ya cociendo y preparando por cuenta de la independencia/catalana y que podrían acabar degenerando –como en el Maidán de Kiev- mucho mas rápido y mucho más grave e irremediablemente de lo que muchos se piensa hasta ahora. Me fui de España hace cuarenta años es cierto, me expatrié en parte voluntaria en parte forzosamente, pero no deserté nunca –desde el puesto en el que me encontré- el frente internacional de las luchas contra España, contra nuestro, honor y nuestra buena imagen y mucho menos las que viene directamente dirigidas contra nuestra independencia y soberanía e integridad territoriales. Y emplazo aquí a quien sea a desmentirme.

¿Dónde estaban todos los que ahora me vetan en el Dos Mil cuando los medios españoles, belgas y de otros países me pusieron de nuevo en la picota –tras mi gesto de Fátima de diez y ocho años antes- por el acto de protesta que protagonicé delante del Palacio Real de Bruselas en el marco de una escalada terrorista en el País Vasco que venía sirviéndose de Bélgica de santuario privilegiado como continuaría haciéndolo aún por cierto tiempo? Ni uno, ni el más mínimo gesto de solidaridad me llegó de España de esos grupos, de esos medios que ahora se posicionan –tan excluyentes- en primera fila del combate por la defensa de la Unidad de España y de su integridad frente al desafío separatista.

Ni siquiera tras verme linchado de nuevo en los medios y tras verme preso –en condiciones a veces escandalosamente inhumanas- durante aquel verano del 2000 (tres meses y diez y oc ho días para ser exactos) Las reivindicaciones que yo grité entonces –y que se vieron harto repercutidas en los medios de la Prensa Global en España y en Bélgica, en Francia en Portugal, Italia y en otros muchos países, no coincidían exactamente con las suyas? Es posible pero me aprendí bien la lección de eso pueden estar seguro. Orgullosamente solo, sí, aquí en Bélgica, como lo estaban durante la agresión anti-colonialista de la que se vieron victimas los portugueses del Estado Nuevo. En primera línea de frente internacional –en el que me veo situado- entonces como ahora.

Entonces contra la ETA, y ahora contra esta tentativa capciosa y peligrosa –más tal vez que la agresión terrorista en el País Vasco- que se anuncia inminente en Cataluña. Ciertas tertulias televisivas españolas aireaban en las últimas horas un artículo del diario inglés “Financial Times” que realzaba capciosamente en la portada de su edición de hoy la campaña gubernamental contra el líder catalanista Pujol, presentándolo como una contraofensiva contra la campaña independista en la inminencia de la celebración –surcada de todos los peligros y amenazas- de la Diada catalana, el próximo 11 de Septiembre. ¿Simple artículo de opinión? A otro perro con ese hueso! Una señal potente mas bien desde los órganos más prestigiosos de la Prensa Global –preñada de consignas- a los que se ven llamados a jugar un papel del primer plano en los acontecimientos graves que se avecinan dentro y fuera de Cataluña.

Y también a la prensa de este lado del Canal, a la de expresión francófona por supuesto –tanto en Francia como en Bélgica- tan proclive de antiguo a marcar siempre el paso tras la prensa de opinión anglosajona en tratándose de España y de nuestros asuntos internos, y particularmente en relación con Cataluña. Como se podrá leer a ciencia cierta en grandes titulares de la prensa francesa y belga (tanto flamenca como francófona)

¡Átense los machos (como dicen en Méjico) españoles jóvenes o viejos, emigrantes -cualesquieran que sean sus fobias sectarias y su conciencia de grupo (a parte)- o los euro/funcionarios o los estudiantes Erasmus, o de la diáspora de estos últimos años residentes por cima de los Pirineos de indignados y que pese a su indignación sientan España dentro de ellos (por poco que sea) ante la ofensiva cerrada de guerra psicológica de propaganda que se acerca, en defensa de España de su ser, de su integridad, de su supervivencia, que eso que la llamada marca/españa a fe mía que se merece poco nuestro interés y nuestro desvelo!

Porque la lucha que se avecina se va a decidir tanto dentro como fuera nuestras fronteras, tanto en las plazas y calles de Barcelona como en foros o ágoras extranjeros, desde el Central Park de Nueva York a las sedes de las instituciones europeas en Bruselas, desde la Puerta de Brandemburgo…hasta la Basílica de San Pedro (…)

Me fui pero no traicioné. Ni fui un cobarde ni fui un traidor. Y cuento demostrarlo en los días y horas que se avecinan, cuando se rompa la noche (de fiesta) –que canto el poeta (y cantor)- como todas las señales a ello apuntan, dentro y fuera de Cataluña

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